![niña mirando hacia arriba](https://static.wixstatic.com/media/11062b_d52b0f3b16fc475cb9034b3375b8d45f~mv2.jpeg/v1/fill/w_980,h_668,al_c,q_85,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/11062b_d52b0f3b16fc475cb9034b3375b8d45f~mv2.jpeg)
Para comprobar esta teoría, pensemos un poco. ¿Cómo reaccionas cuando alguien te empuja a la calle cuando pasan autos? ¿Cómo reaccionas cuando alguien te asusta? Tal vez te enojes con la persona que te hace tales #bromas. ¿Y cómo responden algunos animales cuando un humano se acerca a sus crías? Lo más probable es que ataque como instinto de supervivencia.
De la misma forma, cuando nuestro(s) hijo(s) se ponen en peligro nuestra reacción tiende a ser con enojo, un #regaño. Y si agregamos las presiones laborales, de la ciudad, de la familia, entonces nos convertimos en un manojo de #nervios que a la menor provocación estallamos con furia. ¿Los afectados? En ocasiones o en la mayoría de las veces son nuestro(s) hijo(s).
En esos momentos de furia salen nuestras frustraciones y nuestras penas. Decimos palabras hirientes, quizás soltamos algún manotazo a lo que esté a nuestro alcance, herimos. Pero, al descubrir que se siente bien desahogar las #emociones de esa forma, el regaño se vuelve un #hábito y una acción temporalmente placentera.
Nuestro(s) hijo(s), aunque no lo parezca, se dan cuenta de que el #castigo que reciben por alguna travesura no se compara con los castigos que los padres les imponen. Comienzan a temerles, a distanciarse y en algunos casos, a acumular rencor. No se explican por qué sus acciones están “mal”.
El Modelo Educativo Lozada trata con amor y con dignidad a los niños, adolescentes, familias y demás que están en contacto en ellos. Si les explicamos a nuestro(s) hijo(s) causas y consecuencias, se hacen más conscientes de sus actos, procurando limitarse a la próxima vez. Nos han dicho que antes de reprender a nuestro(s) hijo(s) contemos hasta 10 y respiremos profundo. ¿Cuántas veces lo has realizado?
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