Trastornos del lenguaje en la infancia: claves para detectar la dislalia y la disfasia
- Lozada Centro Psicopedagógico
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- 6 jun
- 2 Min. de lectura
Introducción
El lenguaje es una herramienta esencial en el desarrollo de los niños. A través de él expresan sus emociones, necesidades, pensamientos y logran interactuar con el entorno. Sin embargo, no todos los pequeños desarrollan esta habilidad de forma fluida. Algunos presentan trastornos del lenguaje, siendo la dislalia y la disfasia los más frecuentes. Detectarlos a tiempo puede marcar la diferencia en su desarrollo personal y académico.

¿Qué es la dislalia?
La dislalia es un trastorno del lenguaje que se manifiesta como dificultad para pronunciar correctamente ciertos fonemas. Es común en la infancia, pero cuando persiste más allá de los cinco años, se convierte en una señal de alerta.
Los errores más habituales son:
Sustitución: “taza” por “caza”
Omisión: “apo” en lugar de “sapo”
Distorsión: sonidos poco claros o alterados
Inserción: añadir sonidos innecesarios, como “estógamo” por “estómago”
Este trastorno puede afectar la autoestima del niño, sus relaciones sociales y su desempeño escolar si no se trata a tiempo.
¿Qué es la disfasia?
La disfasia es un trastorno más complejo y severo. Afecta tanto la comprensión como la expresión del lenguaje. Un niño con disfasia puede tener dificultades para:
Comprender instrucciones simples
Construir oraciones con sentido
Usar tiempos verbales correctamente
Contar experiencias o expresar ideas
La disfasia no se relaciona con una discapacidad intelectual, pero sí puede confundirse con otras condiciones si no se evalúa adecuadamente. Requiere una intervención más especializada y prolongada que la dislalia.
¿Cómo identificarlos?
Los signos de alerta para ambos trastornos incluyen:
A los 2 años: vocabulario limitado, ausencia de frases simples
A los 3 años: lenguaje ininteligible, dificultad para estructurar frases
A los 4-5 años: errores constantes en la pronunciación, problemas para contar lo que vive o siente
En etapa escolar: frustración al comunicarse, bajo rendimiento, aislamiento social
¿Qué hacer como padre o educador?
Observar y registrar el desarrollo del lenguaje del niño.
Evitar corregir de forma agresiva; mejor modelar la palabra correcta con paciencia.
Estimular el lenguaje a través de canciones, cuentos, juegos y diálogo diario.
Consultar a un especialista en lenguaje o un psicopedagogo si los signos persisten.
Iniciar una intervención temprana, idealmente antes de los 6 años, para lograr avances significativos.
¿Necesitas ayuda profesional?
En Lozada Psicopedagogía, a través de nuestro servicio de Asesoría Psicopedagógica Itinerante, brindamos orientación y seguimiento personalizado para detectar y atender dificultades del lenguaje.
No es necesario desplazarse a otras instituciones: ofrecemos atención adaptada a las necesidades de cada familia o escuela, ya sea en línea o desde nuestras sedes. Si notas que tu hijo, hija o algún alumno presenta dificultades para comunicarse, te orientamos paso a paso con herramientas profesionales y humanas. ¡Tu niño merece ser escuchado con claridad y confianza!
Conclusión
El lenguaje es una de las bases del aprendizaje y la socialización. Identificar trastornos como la dislalia y la disfasia a tiempo permite actuar de manera eficaz, brindando al niño las herramientas necesarias para desarrollarse plenamente. Si sospechas que tu hijo o alumno tiene dificultades para comunicarse, no dudes en buscar orientación profesional.






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