-Buenos días, quiero conseguir mis #sueños. -Perfecto. Siéntese y espere. -¿Esperar? ¡Pero que demonios! Yo lo que quiero es conseguir mis sueños, ¿Cómo voy a sentarme a esperar? ¡Quiero conseguirlo todo!, ¡Quiero conseguirlo ya! -Un segundo, por favor, sea paciente.
-¡Es que ya han pasado más de diez segundos! ¡Y aquí sigo! Mire usted, yo lo que necesito es conseguir mis sueños, alcanzar mis #metas. Espero que comprenda que quedarme aquí sentado no sea, precisamente, lo que más me acerque a mi objetivo. -¿Qué sueño quiere alcanzar? -¿Cómo dice? ¡Pues todos mis sueños!, ¿O es que tengo que elegir uno solo? -Lamento comunicarle que sí. Solo podemos trabajar con uno en concreto. -¿Y qué pasa con el resto? -El resto tendrá que esperar a que usted alcance el primero. Así que le pido que, con calma, vaya pensando cuál de sus sueños es el elegido. -Pensaba que esto sería más rápido. -Ya ve que cada cosa requiere su tiempo. Incluso #Dios necesitó siete días para crear el mundo. -Dios creó el mundo en seis días. Al séptimo descansó. -Por lo general, la gente olvida que el descanso es parte fundamental del proceso. -Hace usted demasiada apología de la calma y el reposo. -Ya lo hacía Fray Luis de León, y seguro que a él no se atrevería a cuestionarle. -Es un buen argumento de autoridad. -Claro que lo es, así que haga el favor de seguir mis consejos y relájese. Suele tener más valor un año de trabajo reposado y seguro que varios días de trabajo intenso. -Así que un solo sueño, ¿verdad? -Eso es. -Me queda la duda de si cumpliré el resto. -¿No le parece que hacer real uno de sus sueños puede ser un buen motor para intentar cumplir el resto? -Puede ser. Pero, aún insisto, ¿Por qué no aspirar a más? -Porque intentar cumplir todos sus sueños a la vez, en realidad, es aspirar a menos. -Ahora me dirá usted aquello de que “menos es más”. -Se lo diré y se lo demostraré. Caminar seguro es dedicarle a cada paso su tiempo. -Está bien, está bien. Espero tener que darle la razón cuando esto termine. -Y yo espero que comprenda que la vida es un continuo discurrir en pos de sus sueños. -Entonces, ¿siempre estaré intentando alcanzarlos? -Vuelvo a pedirle que se relaje. Siempre es “ahora”. Y ahora uno solo de sus sueños ha de ser el protagonista de sus acciones. Si intentamos alcanzar cientos de luciérnagas, jamás disfrutaremos del privilegio de haber visto de cerca la que más nos llama la atención. -¿Y cómo se supone que sabré cuál es mi luciérnaga en este momento? -¿Lo adivina?: Efectivamente, tómese su tiempo. Túmbese en el campo y disfrute del vuelo de cada luciérnaga, de cada uno de sus sueños. Déjese llevar por su aleteo y de como enciendo su luz, por la sensación que le producirá el poder volar a su lado. Todas las luciérnagas, como sus sueños, revolotean en su jardín. Todas son de su propiedad. -Perfecto. Me tomaré mi tiempo, entonces. -Vuelva a ponerse en contacto conmigo cuando tenga clara su meta. Y no deje de disfrutar del vuelo del resto de las luciérnagas. -Ha sido un placer. -No lo ha sido, lo está siendo. Y aún más lo será. Su proceso no ha hecho más que empezar. Espero que entienda que, ahora mismo, ya se encuentra más cerca de sus sueños. -Gracias a usted y a sus #consejos. -No. Gracias a usted y a sus sueños, siempre a sus sueños.
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