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La terapia de sesión única (Single Session Therapy) es una forma de hacer terapia que tiene el objetivo de maximizar el efecto de cada sesión y es por esto que es una modalidad utilizada por terapeutas de distintas líneas teóricas. A mediados de los 80 se comienza a estudiar esta modalidad debido a la cantidad de gente que no volvía después de la primera sesión; se hicieron estudios y seguimientos donde detectaron que cerca del 50% de las terapias terminaba en la primera sesión (Talmon, 1990).
Actualmente existen diversos contextos donde esta es una realidad ya que muchas veces por la distancia entre las sesiones debido a la alta demanda o por la alta rotación de profesionales, los consultantes asisten solo una vez a terapia, entonces mirar esa única sesión como una terapia, puede ser un enfoque muy útil tanto para el consultante como para la terapeuta, ya que de esta forma ambos pueden ajustar mejor sus expectativas y lograr objetivos concretos.
Te queremos dejar 10 ideas que nos parecen fundamentales desde esta mirada y que pueden ser útiles para aplicar desde ahora:
Al mirar la primera sesión como si fuera la única sesión disponible, ya desde el comienzo se empieza a sembrar el cambio. Generalmente durante toda esta se extiende la posibilidad de que ocurra un cambio importante en ese único encuentro.
Se desarrolla una alianza terapéutica fuerte donde se permite definir junto al consultante, objetivos de tratamiento precisos y concretamente alcanzables.
Se busca la forma de coincidir con el usuario en su propia visión del mundo y, al mismo tiempo, se ofrece una nueva perspectiva o esperanza sobre la posibilidad de mirar y reaccionar de una forma distinta a la habitual.
Se debe ir despacio, se focaliza junto al usuario, sobre sus recursos y sus puntos fuertes: probablemente esta es la clave de toda terapia de sesión única. Si tu crees en los recursos del consultante, si realmente confías en que puede lograr cambios, y la otra persona también lo percibe así, ya tienen parte del camino recorrido.
Focalizar en acuerdos clave: esto significa focalizar y destacar los momentos, comentarios, los puntos que se revelan como clave para lograr el objetivo fijado.
Privilegiar las soluciones prácticas: la sesión se debe utilizar para ayudar a la persona a encontrar soluciones que inspiren esperanza, disposición al cambio y perspectivas a futuro.
Considerar la posibilidad de hacer una pausa durante la sesión, esto para puntualizar y focalizar en algunas ideas. No es obligatorio, sin embargo podría ser útil ya que permite tomarse 5 minutos para decantar, ordenar y preparar indicaciones prácticas para dar al consultante.
Dejar algunos minutos para consideraciones finales. Esto se hace principalmente para maximizar la sensación de competencia de la persona.
Dar feedback, esto para devolver a la persona la capacidad de entender y de proceder en el cambio: recuerda que va a ser la persona quien, una vez terminada la sesión, deberá enfrentar sus propios problemas. Importante dar tareas prácticas, prescripciones e indicaciones.
Deja la puerta abierta: siempre ofrece la posibilidad de que la otra persona decida si esta única sesión ha sido suficiente o si le gustaría tener alguna más.
Si bien suena ambicioso lograr todo esto en sólo una sesión, es una propuesta que nos parece útil ya que nos cambia los anteojos desde “en una sesión no se puede hacer nada”, hacia una visión mucho más constructiva, de aprovechar el tiempo que tenemos para lograr la máxima efectividad posible, aunque ese tiempo sea sólo una sesión.
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